sábado, 30 de julio de 2011

HOMENAJE CONJUNTO A GENE COLAN: El Superman de Gene Colan




En 1982 a Gene Colan se le consideraba un artista que ya había pasado su mejor momento. Jim Shooter suele decir que le daba trabajo a Colan ‘por los viejos tiempos’, que es otra forma de decir que le daba trabajo por pena. El bueno de Shooter... Los artistas hot en este momento eran John Byrne y George Pérez, y el artista que llevaba dibujando a Superman durante décadas era Curt Swan (que se despediría del personaje en 1986, en la historia de Alan Moore "Whatever Happened to the Man of Tomorrow?"). El dibujo de Swan parecía pasado de moda y DC accedió a darle el proyecto de Superman The Phantom Zone a Colan a petición de Gerber. Colan resultó ser el artista adecuado, dándole a la Zona Fantasma un ambiente espectral y surrealista, y a las andanzas de los criminales kriptonianos en la Tierra una sordidez inquietante.

GERBER: Por lo que recuerdo, se lo pedí a Dick y accedió inmediatamente. Sabía exactamente qué aspecto tendría el Superman de Gene antes de que lo dibujase, y no me decepcionó. ¡Lo que me sorprendió fue su Clark Kent!. Parecía real y humano, quizá por primera vez en la historia del personaje. Gene lo estaba pasando mal porque estaba muy encasillado en Marvel y DC. En Marvel, se había convertido en el tío que hacía Drácula, por consiguiente, en DC se convirtió por un tiempo en el tío que hacía Batman. Lo veían como un artista que podía crear un cierto ambiente fantasmal. Lo que era cierto, por supuesto, pero no definía los límites de Gene. Era capaz de hacer también una maravillosa acción con sabor a ciencia ficción.






LLAMAME PLISSKEN: Fuerza Nocturna - Los expedientes del Barón Winters

EL LECTOR IMPACIENTE: Las mujeres de papel de Gene Colan

GOTHAM NEWS: Dracula

SAFARI NOCTURNO: "Para mí, ha sido un viaje que jamás pensé que ocurriría"

LA CANCION DE TRISTAN: Gene Colan y la obsesión por el realismo

COMIC IS ART: El Batman de Gene Colan

PECIOS: El maestro del claroscuro en la Warren Publishing

TRAVELLINGS EN LOS SURCOS: Gene Colan en Capitán América

viernes, 29 de julio de 2011

La continuidad es una perra

Ryan Reynolds (protagonista de Green Lantern, la película): "Leí un montón de cómics para preparar la película, pero la historia me resultaba muy incoherente. Todo cambió cuando descubrí el 'Orígenes' de Geoff Johns, que me dio las claves para desarrollar el personaje".



(Fuente)

martes, 19 de julio de 2011

"Tengo una pila de páginas tuyas en mi armario"

P: Tú definiste a Hulk.
Herb Trimpe: Bueno, algunas personas piensan que sí. Eres muy amable por decirlo. Nunca pensé en esos términos hasta que la gente comenzó a ... de hecho en los últimos años, probablemente en los últimos cinco años o así sí que lo he oído. Acabo de oírlo de nuevo. Fue en una pequeña convención en Boston. Dio la casualidad de que yo estaba en la misma ciudad el fin de semana que la convención se llevó a cabo, así que cuando el tipo me llamó le dije que sí. Porque normalmente, la última vez que estuve en una convención fue en San Diego el año pasado, que es la más grande aquí en Estados Unidos. Y normalmente no hago viajes de un día o algo así para ir a convenciones, pero estaba allí y ya sabes, hablé con más gente y un par de ellos más o menos pensaban lo mismo. Da casi un poco de vergüenza ser llamado el artista definitivo de Hulk. Habría sido agradable si hubiera inventado el personaje (risas).

P: Ahora, cuando dices que ya no eres aficionado a los cómics, que no tienes ningún interés, sin el deseo de recordarte algo malo, ¿parte de eso tiene que ver con la forma en que Marvel te trató al final?
HT: No realmente. Ya estaba algo harto unos diez años antes de irme. Al igual que los primeros diez años fueron como morir e ir al cielo, en los siguientes diez años los ejecutivos llegaron y tomaron el control y se convirtió en algo muy competitivo entre la gente creativa. Así que todo el mundo trataba de quedar por encima del otro. Y los egos eran... no era divertido. No era divertido hablar con la gente. No me importaban los trabajos que hacía o los proyectos en los que estaba. Era una raza diferente de individuos. Básicamente estaban todos bien pero la actitud en términos del valor de... para mi propio perjuicio probablemente y para el de otros tipos que trabajaron en la industria al principio -y tengo una historia muy buena de John Buscema- había un montón de esa generación cuando empecé a trabajar allí; los plazos de entrega eran muy ajustados, hacías el trabajo, te pagaban, se publicaba y eso era todo. Cuando Neal Adams llegó fue muy bueno en ese aspecto, tuvimos un gremio del comic llamado la academia de las artes del comic durante bastantes años, él negociaba con los editores y básicamente conseguía que se le devolviera el arte a su creador. No tanto royalties porque ellos no querían, eso sería reconocer que el artista tenía una parte en la creación del material, pero conseguíamos dinero basado en las ventas, lo que hizo que los editores se diesen cuenta de que había creadores interesados en el arte y lo que sucedía con él.

Yo fui re-educado en ese sentido porque sólo pensaba en hacer el trabajo, que me pagasen y no me importaba si no volvía a verlo. Y fue así durante toda mi carrera en el comic. Pero la gente como tú y la que conozco en las convenciones hace que aprecie más el trabajo. Hacen que vuelva a mirarlo y a pensar: hey, quizá algo de este material no estaba tan mal después de todo.

P: Era todo bueno.
HT: Me alegro de oirlo, la gente me da las gracias por hacer el trabajo y yo lo hacía por dinero pero por otra parte tengo que devolverles las gracias porque su agradecimiento me emocionó y aprendí a respetar el trabajo un poco más. Yo no tenía mucho respeto por él, ni tampoco otra mucha gente. Una historia: estuve hablando con John Romita hace poco y me contaba que tenía una pila de arte de Buscema en su archivo contenedor. No sé cómo, quizá lo entintó él, no sé, y lo usaran como referencia para algún proyecto. Romita llamó a John Buscema y le dijo “John, tengo todo este material. Una pila de 6 pulgadas de tus páginas en mi armario y las he tenido durante años. Creo que tendrías que tenerlas tú.” Y él dijo “Nahhhhh no quiero molestarme, puedes quedártelo, no tengo espacio. Quédatelo, quédatelo”.

Sabes, esa es básicamente la actitud con la que crecí en la industria. Muchos de los tipos que trabajaban en el negocio eran artistas comerciales. No eran fans del comic, no crecieron siéndolo, eran artistas comerciales que hacían comics como fuente de ingresos, porque muchas veces Nueva York era muy competitiva para la ilustración comercial y mucha gente hacía comics. No se pagaba tan bien, pero era constante. Esos son los tipos con los que me relacionaba al principio y aprendí eso de ellos.

Siempre pensé en eso como una actitud profesional porque lo importante eran los plazos de entrega y la pericia, la habilidad y entregar el trabajo a tiempo. Sé que cuando yo estaba trabajando para Marvel en los primeros tiempos había una sola razón... a alguien se le despidió una vez y la razón fue que se perdió una fecha de entrega o se perdió tal vez más de una fecha de entrega. Y cuando perdías una fecha de entrega, los impresores estaban sindicados contra nosotros y esperaban que se les pagase de cualquier modo y le costaba a la empresa un montón de dinero si un comic llegaba tarde e iba tarde a la imprenta. Ahora ya no importa, ya sabes que los comics se van a retrasar. Cuando me fui a mediados de los años 90 muchos de los editores estaban en un caos, había material atrasado todo el tiempo, nadie tenía ninguna consideración por entregar un trabajo a tiempo. No digo todos, pero sí un montón de gente. En otras palabras, las actitudes habían cambiado mucho. Se habían convertido en este tipo de mentalidad de estrella. Sabes, todo el mundo pensaba que estaba en el mundo del espectáculo, porque los cómics estaban recibiendo un montón de relaciones públicas. Pero nunca pude lidiar del todo con eso. Pensaba que interfería con terminar el trabajo.

(Fuente)

viernes, 1 de julio de 2011

Cómo Bill Mantlo creó un universo

¿Cómo nacieron Los Micronautas? A diferencia de la mayoría de comics basados en merchandising, que son producto de acuerdos comerciales, Los Micronautas vinieron directamente de la mente del autor del comic: Bill Mantlo. "Mi hijo acababa de reducir una montaña de regalos navideños a escombros desechables," escribía Mantlo en un número de Comics Journal, "y se sentó en medio de este lío de papel, arrancando un grupo de pequeñas figuras brillantes de sus paquetes sellados al vacío. Las figuras parecían atrapar el brillo de las luces del árbol de navidad de mis padres. No se parecían a ningún juguete que yo hubiese visto nunca... y he conocido toda la gama en mis tiempos, desde Dodge City a GI Joe a los Guerreros de Shogun. Le pregunté a Adam (que es el nombre de mi hijo) si podía verlas antes de que siguiesen el camino de todo el plástico y, cuando me las entregó sostuve en mi mano las cuatro figuras básicas de un nuevo concepto de juguetes ... Los Micronautas". Allí de pie, esa mañana de Navidad, Mantlo empezó a fantasear, para formar la base de lo que pronto se convertiría en una de las series más populares de Marvel. "Yo los concebí como pequeños, microscópicos, incluso", Mantlo recuerda, "habitando en un otro-verso, diferente pero en conjunción con el nuestro." Mantlo no sólo creó el concepto básico de la historieta, también comenzó a estudiar las posibilidades para la caracterización que los personajes poseían. "Space Glider parecía sugerir la nobleza de Reed Richards, un aspecto de orden, de dignidad. Acroyear, sin rostro, con su brillante armadura, una espada fantástica apretada en su mano fria y metálica, parecía remontarse a un Sr. Spock guerrero. Por alguna razón Galactic Warrior parecía un insecto... casi podía oír chasquidos y silbidos extraños en su discurso, pero Time Traveler... había un misterio ahí, destellos de la inmensidad cósmica, indicios de conocimiento y espacio y tiempo todo desmenuzado y vuelto a ensamblar para producir algo completamente nuevo ... inexplicable ... diferente ". Si esto nos pasase a tí o a mí, nos sentaríamos y disfrutaríamos de nuestras fantasías durante media hora, tal vez, y luego seguiríamos con nuestros trabajos. Pero el trabajo de Bill Mantlo consiste en complacerse en sus fantasías, y él sabía que tenía algo bueno. A la semana siguiente, entró en la oficina del Editor en jefe de Marvel, Jim Shooter y le contó su idea, Shooter, interesado, se puso en contacto con el fabricante, Mego. "Un mes más tarde," sigue Mantlo, "teníamos fotografías preliminares de toda la línea de Micronautas. Yo estaba, como mínimo, sobrepasado. Ya había comenzado la extrapolación, basada únicamente en las cuatro figuras originales, de toda una serie de conceptos . Ahora, aquí, delante de mí, había literalmente cientos de figuras adicionales, miles de nuevos conceptos sugeridos ... todo un mundo que necesitaba una justificación para su existencia."


(Fuente)